Los pisos de madera son delicados y para conservarlos adecuadamente y de manera prolongada se pueden tener en cuenta algunos consejos que resultan prácticos y funcionales.Como primer punto es importante tener presente que el agua es un elemento hostil, el enemigo número uno de la madera.
A la hora de limpiar debemos evitar los encharcamientos o excesos de este líquido, e incluso cuando haya algún vertedero se debe recoger rápidamente.
Limpieza diaria
-Barrer sutilmente con escoba de cerdas suaves.
-Pasar un trapo húmedo bien exprimido, esto es que esté tan húmedo como para sacar la tierra pero tan seco como para no humedecer la madera.
-Luego pasar un paño seco preferentemente de lana o la máquina de lustrar.
- Evitar el uso de jabones y detergentes abrasivos. En le mercado existen suficientes limpiadores exclusivos para fregar pisos de madera.
Al encerar
Antes de encerar habrá que asear la zona como se especificó en el apartado anterior.
- Al adquirir la cera se recomienda que sea en pasta debido a que las líquidas, en su mayoría, tienen solvente causantes de la deshidratación de la madera, además si el piso está unido con brea se corre el riesgo de que éste la diluya.
- La cera deberá aplicarse sobre la superficie que carece o perdió el brillo original. Olvidemos los bordes o lugares en donde no se camina ya que puede provocar variaciones de tono que normalmente se traducen en manchas negras. (Claro a menos de que la zona lo requiera).
- Se debe distribuir el producto de manera regular y sin exceso, pues de lo contrario quedarán residuos indeseados, o lamparones al momento de lustrar y se notará el paso de la máquina y las pisadas. Con poca cera el tiempo de secado es menor, el resultado más óptimo y por ende se elimina cualquier marca.
- Finalmente hay que esperar mínimo 15 minutos para que el encerado se seque y luego lustrar de modo que no se empaste el trapo o la máquina.
Consejos
Los pisos de madera se resecan y pueden producir crujidos, para evitarlo debes inyectar parafina caliente entre las tablas con una jeringa, así conseguirás fijarlas, a la vez que aislarás el suelo.
Otro remedio consiste en espolvorear con talco las juntas haciendo que se introduzca entre las ranuras.
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